Nunca supimos que había
detrás de la puerta
pero a veces
un olor a alga nos erizaba el cuerpo
un extraño calor nos cercaba la piel
Jamás supimos si había cielo
detrás de la puerta
si el cielo era azul
pero a veces escuchamos el paso
del chubasco
imaginamos el césped
inundado por las huellas de otros
Desconocíamos si había rosas
ventanas de cristal palomas
pero a veces
un vuelo surcaba nuestra memoria
y un extraño perfume impregnaba
nuestra ropa
Ahora que sabemos la verdad
reconocemos que valió la pena
inventar una puerta entre el sueño y nosotros.