Y miro mi cuerpo y te veo al lado,
vapor que te escapas, brisa de ausencia,
volando, volando con impaciencia,
buscando sin rumbo a mi ser amado.
Mis manos te buscan –caballo alado-,
trotando los cielos de tu existencia,
galope, sin bridas ni pertenencias,
caricias distantes, sueños mojados.
Recuerdo el ayer del primer momento,
mis manos venían huecas y frías
y tú las llenaste de sentimientos.
Mi vida aprendí que estaba vacía
y pronto llenaste con dulce aliento,
y a rico cambié, al saberte mía.
Andrés Mª - El Poeta del Amor
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