Érase una vez un sueño, con paisajes extraños,
con bastantes arco iris allí en el cielo dibujados,
eran increíblemente largos, como siglos los años,
y se recordaban como ayer, aquellos ya pasados.
El sol y la luna se amaban y ambos se esperaban,
amanecía más tarde porque ella al sol lo retenía,
había magia en los abrazos que los dos se daban
y el sol tampoco la dejaba ir y tarde anochecía.
Las águilas volaban alto y ya no dejaban de volar
porque el viento tenía sus historias que contarles,
algunos poetas a otros mundos se podían trasladar
por si en uno de ellos, una luna podían prestarles.
Las estrellas no sólo brillaban, también cantaban
y letras tristes capté en alguna canción de ellas,
pero cielos azules que ciertos poetas dibujaban,
volvían sus melodías nostálgicas, pero muy bellas.
Las flores en los jardines eran hermosas al nacer
y competían con las aves en colorido y belleza…
Los poetas montones de poemas allí podían hacer
y era hermosa la alegría y hermosa la tristeza.
Era un sueño donde las esperanzas no eran utopías,
tampoco en él había espejos en los cuales vernos,
los espejos eran las aguas cristalinas todos los días
y jamás nos decían una verdad que pudiese dolernos.
Érase una vez un sueño como historia continuada,
sentía una mirada, un apretón de manos, oía una voz;
en esta historia que ahora imagino salida de la nada,
me pregunto hoy si ver todo eso, fue como ver a Dios.
Poema totalmente original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Publicado el 21/8/2014
Imagen: de Google