Dígame amigo,
usted que todo lo sabe
¿Por qué en la mañana
la voz amanece más grave
y el cabello se enreda
como un alambre?
¿Por qué cuando uno barre
la gente pasa más seguido
con el afán comedido
de que uno se descuadre?
¿Por qué cuando dormimos
durante un viaje
nunca falta quien nos hable
y hasta la decencia obviar provoca
para mentarle la madre?
¿Por qué cuando vamos por la calle
con aliento a licor
no falta quien de cerca nos hable
y después criticarnos por el olor?
¡Uf que horror!
Amigo usted que todo lo sabe
¿Por qué cuando hay ataques de tos
no encontramos el jarabe
que indicó el doctor?
¿Por qué nos dan la comida fría
cuando tenemos más hambre?
O cuando estás solo
y te echas algunos gases
entonces llegan todos
para interpelarte.
O cuando buscas a tu enemigo
para hacer las paces
te das cuenta que él sigue
con sus fieros ataques.
Que si buscas cebollas
consigues tomates,
que quieres tomar vino
y no hay quien lo destape
o quieres ir a la playa
y te llevan a otra parte
y después dicen que uno
está hecho un desastre.
Responde amigo
que quiero escucharte
para terminar ya
con mis disparates.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela