Pero un dia sonó a través del tiempo la campana
dejo de ser la luz intensa
y el tren no salio a su hora
dejándome un amargor de boca.
Miro mis manos que envejecen con los libros
y me veo ,que he aprendido
a vivir en un mundo de desprecio,
¡!!!y eso me asusta¡¡¡
Soy el extraño hijo de la patria consumida
de luchas inacabadas
(de las grandes batallas perdidas)
donde los caballos también mueren
de las muchas pequeñas ganadas
de la rebeldía por naturaleza
el rencor por la intolerancia
el deseo de la razón
el odio a la impune justicia.
No albergare el odio de la sangre ¡!!!nunca¡¡¡
ni de los que nunca fueron míos
ni de los alguna forma míos
he viajado tanto, y ame a tan pocas mujeres
que deje escrito su nombre en el agua
para que se diluya con la corriente
nunca las quise mías,
ellas son libres
¡nada es de nadie¡!nada me pertenece¡
solo el amor, y el espíritu, que quisieron entregarme
¡!!nada mas¡¡
He aprendido mucho, de quien nada sabia
como la hiedra en una pared vieja
y el deseo de agarrar en mi alma
¿porque la suerte puso ante mi los cuerpos
el brillo de la piel, y las miradas de oro.
Puedo ver la luz que se filtra, entre la lluvia
y abril mi mano pura para el sol
como esas noches largas
cuando ya no quedas nada
¡y suena un timbre¡
y no sabes que hacer
Me queda el rico placer
del que da de comer a los pájaros
sin intentar atraparlos
sino ¡verles verles¡
y después si vuelan y no vuelven
que su vuelo sea dichoso
También mueren los caballos
en las grandes batallas,,