Te vi desarmada, te recogía a pedazos
Tus labios, escondidos debajo de tus promesas
Entre cementerio de mentiras, mis lágrimas por tu caída
Te fundiste con el suelo, el suelo contigo
Tu mirada viva, tu alma muerta
Pedazos rotos, corazones en fragmentos
El tuyo, el mío, el nuestro
Los niños lloran, porque nunca nacieron
Nuestra casa vieja, por nunca ser habitada
Nuestras promesas en el aire, el rio daba acogida
Tu carta de suicidio, tatuada en mi pupila
La muerte toca tu puerta, silencio entre besos
La muerte en tu mato, te lleva
Te arranca
Te mata
Te duerme
Te pierde
-El, vestido de muerte-