Carlos Andrés V.

mi hermosa ilusión

En tu infinita arrogancia,

en tu inmensa belleza, 

bendición para unos, maldición para mi vida.

Tus ojos han cegado mi estrella,

ya ni sé de donde vengo, ni para donde voy;

sólo sé que sin tu presencia me falta el aire para respirar.

 

Podrán mis palabras idolatrarte,

sé que mis besos muchas veces son amargos como la hiel,

hiriendo tu corazón,

pero musa mía, eres dueña de un gran querer.

 

Solo le pido al Creador, 

que me permita seguir despertando cada mñana y pedir por ti, 

pedir por tu amor y tu corazón,

despertar cada mañana e imaginar que ese día estarás junto a mi, 

alimentando mi corazón, con la esperanza de volverte  ver.

 

En silencio cada noche, yace una lágrima en mi rostro, 

mientras  reposa la soledad en mi corazón,

donde una encrucijada atormenta mi alma,

donde mi ser vaga en tempestades de sentimientos,

queriendo hallar el norte del camino, 

y encontrar la paz tan anhelada.

 

Mis manos guardan la memoria de la suavidad de tu piel, 

mis labios tu aliento de tu seducción y dulzura,

mis ojos el resplandor de tu alma, 

mis oidos el sonido de tu voz

y mi pecho el latir de tu corazón.