Imagen: Paul Kelley - 1988 Nude with drapery
Llovieron dos mil besos sobre tu alma
deseosa al sentir el don divino
que ya ebria del sabor a sal y vino
encontró en mi pecho la dulce calma.
Acariciada con dedos y palma,
mientras con un dibujo serpentino
te endulzaba y descontrolaba el tino,
siento como tu espalda se desalma
ante el manantial de intenso calor,
que bajo el manto donde está tu ombligo,
en un instante de inmenso valor
se logra alzar fiel, leal, un testigo
el cual busca trópico y ecuador
más con buen talante queda conmigo.
Irene Bulio © 2014