Escuché hablar de lo que es el amor.
¡Ay el amor!
Sentimientos rotos con cada ilusión.
¡Ay el amor!
Acaso vendrá del alma o del corazón?
El inocente por ser inocente
No sabe del dolor,
Aun así se muestra persistente
Sin saber lo que es el amor.
¡Ay el amor!
Dos cuerpos juntos y unidos en pasión.
¡Ay el amor!
El sentimiento que nos quita la razón.
El ingenuo sabe lo que nunca supo,
Y la promiscua nunca supo de ello.
Él, en su corazón siempre tuvo
Lo que en el mundo suele ser lo muy bello.
¡Ay el amor!
Se llora cuando no se tiene.
¡Ay el amor!
Lo quieren todos y nadie lo entiende.
En las noches que no se ven
Ambos se extrañan mutuamente.
Pero ellos dicen que se llevan en
El corazón de manera extraña y demente.
¡Ay el amor!
Un sentimiento de ilusión prohibida.
¡Ay el amor!
Nos hace poder estar muertos en vida.
Y la mujer desposada deja
De ver los ojos que siempre le vieron.
El esposo, por ser débil se aleja
Por rumores ajenos que a su oído dijeron.
¡Ay el amor!
Será que todos pueden amar?
¡Ay el amor!
Todo comienza cuando se llega a terminar.
Con el amor, el oro dejó de brillar
Y lo único que brilla son sus ojos.
Será que los pobres también pueden amar?
La alegría de sus sonrisas vale más que mil tesoros.
¡Ay el amor!
Lo armoniza y lo destruye todo.
¡Ay el amor!
Aun así se acepta de cualquier modo.
Escuché hablar del amor…
Sonreí y lloré al escuchar.
Sin embargo, cargo con mucho dolor
Por la mujer que me hizo feliz,
Por la mujer a quien yo quise amar.
Ricardo Manzanarez (Nicaragüense)