Los recuerdos evocados por este viejo papel arrugado en mis manos de losa
Y mis arrugas son cauces
De ríos caudalosos.
Vuelan las aves en las praderas,
Grito pobre de los niños encerrados
En las jaulas del aprendizaje
Y torpe la maestra que me enseñó
A leer y a escribir.
Mis emociones corren libertinas,
Mis antojos ruedan en los cauces;
Mis ilusiones decaen en las noches,
Pero tus recuerdos atraen la vida.
¿Por qué te has ido lejos de mí?
Si te has ido a la guerra
Mi corazón puede estar tranquilo
Porque sé que las cartas cuestan venir,
Pero mi corazón dice embrutecido te has ido no a la guerra
Si no en un plan de negocios.
Corre la llama del tiempo, la tortuga hora no se apresura;
La niñez queda a tras
Y lo locos se hacen sensatos.
Me acuesto en la cama
Y mis dedos dibujan tu silueta,
Mas mis ojos divagan en tu cuerpo semidesnudo y lleno de bellos como trigos plantados por el amor.
¿Qué me diga el silencio si ya me has olvidado o te has refugiado en los brazos de otra o has querido morir con el tiempo nuestro amor?
Pero mis ojos se deshacen en lágrimas,
Mis entrañas se cortan poco a poco y mi lengua solo exclama un suspiro de muerte.
Recuerdo tu mano sosteniendo la mía,
Recuerdo las noches de travesuras;
Rio al amanecer de tus gustos
Y canta como golondrina a tus oídos.
Deja al tiempo,
A la noche,
Al día y a la muerte destruir este amor
Y ser sepultado por el abandono frío
De tus recuerdos.
Tus cartas me encienden,
Tus palabras el silencio me las arrebata;
Mas aún me ahoga el afán de verte y oler tus fragancias a carmesí y topacio.
Tus brazos de oso me hacen falta,
Tu pecho donde mi ira choca contra una montaña y tu corazón loco enamorado de mí.
Divago en las tardes
La gente cree que estoy loca,
Pues la ambulancia se ha sentado enfrente de mi puerta,
Pero yo les digo:
¡No estoy loca!
“¡Pero si loca de amor!”
Me falta tu aliento caliente y lleno de vida,
Me falta tu sonrisa refrescadora de mis ilusiones y rus palabras de alegría
Y cariñosas de amor.
Pienso que estoy loca;
Si lo debo de estar
Y voy agarrando mi maleta
Para subirme al tren
De mis demencias.
Ya no quiero nada
Solo morir de locura.
-mmm…
-¿Es el cartero?
-AH…
Mis pasiones reviven,
Mis ilusiones salen de su cauce;
Corro pusilánime al encuentro con el cartero,
Mi mano ha entrado en el túnel de los recuerdos
y mi corazón busca a lo largo de los sobres de cuentas un sobre distinto,
pero hallo lo deseado por mis sentidos tu carta de amor.