Para Ligia Rafaela
¿Por qué no quieren, bellos gorrioncillos,
En mi covacha estar?
¿Acaso tienen miedo de los grillos
Y no quieren volar?
No teman, amigos, que es de alegría
Su monótono canto
Felices ya de tener compañía.
¡Abrúmense de encanto!
Muevan sus alas de ángel al cerezo
Para gustar su miel.
Y vuelen muy tranquilos, sin tropiezo,
Al eterno vergel.