Con ondulante palpitar esculpes
tu agua dulce en las firmes latitudes
de mi lengua,
Pulpa de manantial celeste
que me conduce
a tus brillantes senderos de arena…
En la oscuridad de mi frente
mece la cuna de estrellas
que he reservado por siempre
a la Noche azul de tus dedos hondos
de Luz centinela…
Velo acuoso que con prontitud
me inflige el gozo
de vestirme de suspiro…
Proclive a tu mística esencia
me vuelvo Gota de rocío,
loción de tu Sol
a fuego vivo…
El Sueño se ata a mis ojos
mientras respiras en mis letras,
auténtico y vaporoso
brote de pureza…