Cuando me siento
como un pájaro herido
que no puede volar
al infinito
ni emitir un alegre trino,
tu amor me cura
con el remedio natural
de tu ternura...
Cuando creo no recuperar
un terreno perdido,
una simple mirada
de tus ojos inmaculados
libera mis sueños
escondidos,
vuelven a brillar
en mi cielo
esos momentos
por siempre deseados
y a encenderse
como un faro,
aquellos besos
ardientes
que en el pasar
del tiempo,
habían quedado
apagados...
Adolfo César (NAZARENO)