COPOREO
Tu boca y la mía
Tienen un acuerdo,
Siempre llamarse “amor”.
En la oscuridad de la noche
Nuestras manos recurren
A su ya sabido vicio,
encontrase.
Cada palmo de nuestro cuerpo
selló un contrato por si mismos;
estar, juntarse, tocarse, hundirse, conocerse, olerse, gustarse,
permanecer, oírse, curarse, elevarse, nacer, vivir…
Y siempre llamarse “amor”
Angel R. Arvelaz G.