Dicen que la vida es corta.
¡Mentira!
Para los que sueñan...
la vida es eterna.
He soñado mil veces a la alborada
con su nombre.
He peregrinado por los insulsos caminos
que me suministraba el amor.
Del desengaño hice mi fiel almohada,
y sobre su helado paño descansé.
He surcado montañas de besos
allá por los lugares de la deslealtad,
siempre bien ceñida al cuerpo el alma
pero el arnés se me rompió...
He dormido tiritando al miedo
de la soledad, y
me despertó en la madrugada
la sed de amar.
He conocido otros rostros,
he maldecido el vino que tomo
y a la luz de la luna,
hice el amor pensano en su olor.
¡Media vida en brazos de una
mentira!
He llorando en el naufragio
de las caricias,
ya viví amor sin amar.
Olor a pólvora quemada
y huellas en la tierra de unos
pies que arrastran, cansados,
exhaustos.
¿Y dicen que la vida es corta..?
¡Mentira!
Mientras esos pies aunque a rastras
tengan fuerzas para seguir...
Mientras en la canana del corazón
quede pólvora por encender y
mis sueños, al ocaso, me digan
que no es mas que un delirio
el soñar...
Yo, incansable y valiente con el
tiempo la esperaré.
Porque se que ha de llegar,
y entonces sus caricias serán
recompensa de una espera.
Que tu boca
me basará sin respirar
y las lagrimas de la luna,
cuando lloraba al verme llorar,
seran una danza en el cielo
que los ángeles adornarán con
clarines de amor,
¡de amor!
de amor de verdad...