Si acaso alguien encuentra este soneto
que me ha sido birlado por el viento,
le suplico, si fuera tan atento,
me lo acerque y así yo lo completo.
Ocurre que es apenas un boceto,
además de vacío, opaco intento,
lejos, lejos de todo lucimiento
y hasta -pienso- una falta de respeto.
Y es que luego de los ensayos vanos
por conseguir una obra refinada
la tormenta acabó con la porfía.
Por lo expuesto, si vuelve aquí a mis manos,
hurgaría en mi mente desgastada
tratando de hallar buena poesía.
De pronto buscaría en los arcanos
rincones de la fronda aletargada
los sones de una dulce melodía,
las flores que engalanan los enanos
con hilos de una luna resguardada
desde siempre en su alegre cofradía.
Buscaría en la calle amanecida,
las brisas con aroma de las rosas,
el trino de las aves clamorosas,
una sonrisa tímida y perdida.
Y en una tarde gris y desteñida
llegarían las musas milagrosas
extrayendo de esas pequeñas cosas
un poema de amor, de amor y vida.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.