La tristeza me visita sin haberla invitado
la melancolía coge fuertemente mis brazos
la angustia me deja el pecho atado
y mis sueños quedan en pedazos.
Otra vez la tristeza
derrota a Morfeo y enfriando mis pies
en la oscuridad me despierta,
y al mirarme en el espejo después,
me doy cuenta que sonrío poco
y al perderme por alguna calle
hago gestos como un loco.
Sin saber de ti
me toman los amigos de la nostalgia,
sin saber de ti
mi respiración se ahoga.
Me detengo entre muchos extraños
y en el brillo de mis ojos
se refleja un camino sin destino, sin fin
confirmando que esta pena
es mía y no es de otros.
No puedo cumplir mi juramento,
Hipócrates se decepciona de mi
y aliviar este dolor queda solo en intentos
quedando con la mirada sin objetivo, sin ti.
Mis letras sobre un papel
se empiezan a borrar, a disolver
por unas gotas saladas que caen sin cesar
entonces el verso
se ahoga de tanto luchar
y el papel se empieza a mojar.
Por: Arturo Zárate Curi
Mayo 2014