Obnubilas el Sur de mis alas
y el Norte de mi pecho
se despliega en tu Silencio,
que reluce en llamaradas…
Me sujeta el Sol de tu Aliento
mientras sin llamarme,
me llamas…
Flamígera,
oscilante
me dibuja la Noche de tus ojos
y el ungüento de su roce
sumerge en húmedas rimas mi palabra
-hipnosis del alma-,
que yergue presunciones lunares
en las concordias azules de tu mirada…