Juan Manuel Hernández.
EL HOMBRE Y EL MANANTIAL.
Caminando hacia un viejo bosque,se alejaba un joven creyente,¿Qué hará? Se preguntaban todos,sin saber que el cambiaría su forma de pensar. El joven llegó, varios lo siguieron por curiosidad,al llegar al bosque, se acercó a un pequeño riachuelo,donde unas pequeñas semillas arrojó,¿Que hizo? Se preguntaban anonadados,pero nadie se atrevió a salir. Todos los días se repetía el trayecto,hasta que una señora al joven le preguntó:\'\'Joven, ¿Qué tanto hace usted al bosque?\'\'El joven solo sonrió, y pacientemente respondió:\'\'Hago lo que todos deben hacer, cuido mi vida,cuido mi ambiente, y cuido a mi hogar\'\'Al escuchar estas palabras, la señora quedósorprendida, ya que nadie se imaginó eso. Ese mismo día, al joven partir en su camino,seis personas lo acompañaban con semillas en mano,El joven los observó y no dijo nada,solo sonrió. Al llegar al riachuelo, ya se había vuelto unmanantial, donde el agua cristalina reflejabael cielo azul, donde las aves volaban feliceshacia el sur.Y todos los días se repetía la historia,pero cada día aumentaba el número de personasque visitaban el manantial,primero seis, luego nueve,más tarde doce, hasta llegar al punto de que todo el pueblo iba a la misma horaa plantar sus semillas en el manantial. Y se tornaba irónico, el joven a quienestodos veían como un loco,hoy se tornaba como un profeta en su tierra,alguien que a muchos le enseñó, que no todo es recibir,ya que a nuestra hermosa naturaleza, también ledebemos dar, porque ella es nuestra,y es nuestra obligación,cuidarla hasta el final. Juan Manuel Hernández.