A mediados de mar y tierra,
tocando el pelo de los almendros indios,
cubiertos de una vista al lado nuestro,
esperamos dormir los ojos,
despertar senil y viejos en las arenas,
siendo mas que calles corregidas.
A mediados de abril escribo mis desiertos,
y los éxitos de las promesas a los que me dirigió el cielo,
mientras que los extraños climas, variantes gotas,
sin esconderme de ellas.
A mediados de tu madrugada,
mi mar de boca esta en calma,
mis ojos se sientes ubicados,
mi mente se encuentra dirigida,
a una carencia de un despertar,
que se prolonga quebrando
las piernas de los tiempos.
A mediados de tu despertar,
los objetos y la luz llenos de hastío,
no son mas que vagancias,
por tu generoso dormir,
que se corta y se esparce en fragmentos.
A mediados de abrir tu flor,
de jugos de colonia,
balanceo mi carga desnudando tu rostro,
y junto mi peso y mi fuerza en un beso de mañana.
Humberto Velasquez Jimenez
27/Agosto/2014
11:26 p.m.