Sin importar cómo, ni dónde, ni cuándo,
De ti me enamoré y, no me arrepiento
Contigo viví lo más bello de la vida.
Nuestro amor rompió las cadenas de la distancia
Y nos hicimos uno, amándonos sin medida.
No nos importó el tiempo, la distancia nos acercó más
Y juntamos nuestras vidas como se juntan
las nubes con el cielo…
La arena, con el mar. El sol, con la luna…
Así, nuestros cuerpos se juntaron, como uno sólo
En fervor y pasión, rompimos las cadenas del tiempo
Y disfrutamos, cada minuto, por eso puedo decir
Que volver amar, es descubrir
que hay vida, más allá de la vida
Y que empezar de nuevo, es volver a vivir,
Lo volvería hacer, ¿Si, del cielo bajaras?
Te volvería encontrar…
en el horizonte… de mi VIDA,
Para vivir contigo, cómo jamás, había vivido.
Desencadenando pasión, amor y locura,
Te volvería amar, eso te lo juro.
A tiempo y a destiempo,
mi amor, sería tuyo, de nuevo.
Como el primer día, del encuentro,
En que se juntaron las miradas,
Nunca más fue igual, tú VIDA y la MIA
Nos hicimos uno en la distancia
Como veros y poesía.
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe, es el alma-
Todos los derechos reservados©
Los silencios del alma.
-para la dulce Alicia, mí amada azteca-
Los silencios
del alma se ahogan
en la sima
de la nada,
arden callados en lo profundo
del pozo sin agua,
ocultan amores
por lontananza :allende los mares
por tierras aztecas.
Los silencios del alma, sentados
en la piedra redonda de la llanura,
vierten el líquido en la caldera
interior
de la fragua humana
-palpitar
de alas interiores
que vuelen...,-
esperando la carta de una clausura
-místico desvelo-
que no llega...
Los silencios
del alma -brisas de mar
proceloso-
dulcemente dormirán
dentro de los pensamientos mudos
-alamedas enamoradas, ramas de sueño-
sembrando rosas por la vereda...
Los silencios del alma: cielos distantes
frente al mar amaneciendo por no tenerte
-canciones de amor, a mi amada azteca
en labios de esperanza, encendido
el corazón en noche larga, y oscura
bajo las estrellas... echándote de menos
Los silencios del alma ya no hablarán:
-\"muérame yo, -por tu amor dulce ali-
derramado en el cauce de la demencia\"-,
Abanicado por los pétalos de una rosa mexicana.
(A mi amada azteca Juereña de cd Juárez Chih)
(Salvador 12-7-12 Úbeda)