Musa mía
¡Oh! Musa mía… Grata osadía,
te atreves a entrar en mi mente
manteniéndola en los aires
de la incertidumbre y la felonía;
¿Cómo romper ese yugo que me esclaviza?
que me oprime día a día,
que se alimenta…
que me envuelve…
¡Que ata al alma mía!
Ya no quiero más luchar
contra el tiempo…
contra la vida…
contra tibios pensamientos
en sus ecos de agonía;
pensamientos desmedidos…
cautivantes…
deshonestos…
llevándome por el filo del momento
hacia un mundo de fantasías,
y en ese deleite de ensueños
danzando van… al son de sus bulerías;
ensueños placenteros…
hermosos…
prodigiosos…
todos llenos de osadías.
¡Oh! Causal de mis trasnoches,
Divina…
La fuerza de tu calor se avecina,
una vez más llegas esta noche
a arrinconarme en una esquina.
(victolman)