Así como se esfuma la luz
de un relámpago
Así mi alma anegada en llanto,
la vio partir.
Bajo los frondosos sauces
resplandecientes con la luz de la tarde,
en un beso me entregó su amor.
Ella
Entre suspiro y suspiro dijo quererme,
más que a su vida,
de caricias me colmaba.
Los latidos de su corazón retozaban a tambor batiente
En el pecho mío.
Sus brazos al cuello, lujuriosos se engarzaban,
cual abrojos excitados.
¡Hoy! la que dijo amarme hasta el morir
Ya no está.
Desapareció del cielo como estrella fugaz.
Ahora, solo escucho el silencio de su
Recuerdo.
Los ojos vestidos de lágrimas su imagen extrañan,
la boca añora lo tibio de sus labios,
y la humedad de su cuerpo.
Flor de un día nuestro amor,
solo una ilusión,
Recordarla no afano,
solo que caray, no tenerla en mis brazos,
ni sentir su aliento.
La muerte es.
bambam