Te pienso y te espero
En la noche apacible y tranquila:
Aquí me encuentro otra vez sentada frente a mi ventana, meditando en la quietud que me ofrece este lugar lejano, donde solamente se escuchan los ecos del silencio, los murmullos de los grillos y el susurrar del viento.
Mi pecho exhala un suspiro y observo fijamente al cielo, contemplo absorta a la luna con sus formas caprichosas que dibuja en su juego con las nubes, que se hace acompañar de sus siempre fieles amigas las estrellas y los tenues luceros.
De frente tengo ante mí el largo camino con su magestuoso puente imaginario por el que se unen tu mundo con el mío, y por donde cada tarde al ocultarse el sol tras las montañas, tu llegas hasta mí y tu esencia me dejas impregnada.
Cada noche, yo me visto de fiesta esperándote para disfrutar de tu compañía, tu llegas a mi lado y se inicia la velada donde damos rienda suelta a nuestro amor, reimos sin cesar gozando plenamente nuestro encuentro y tomándome tiernamente de las manos me acercas hacia ti y me abrazas, asi comenzamos a danzar al ritmo de una suave melodía, cerrando mis ojos me entrego a tus brazos y me dejo llevar.
Saboreamos bocadillos de cariño y brindamos con nuestras copas repletas del elixir del amor, hasta embriagarnos de deseos y de pasión.
Así se van las horas sin sentirlas, solo volvemos a la realidad, cuando nos sorprende la luz de la alborada y allá en el horizonte se asoman tímidamente los primeros rayos del sol que se filtran por mi ventana.
A ti se te ha hecho tarde ya y tienes que partir, pero antes en mis labios depositas un tierno beso prometiendo firmemente que a la siguiente noche regresarás conmigo para dar rienda suelta a nuestros sentimientos.
Hoy, ya no me siento triste, ya mi corazón no llora, porque sabe que pronto volverás a su encuentro, y él, que tanto te ama ha prometido pensar siempre en tí y esperar a tu regreso, para volver a vivir su amor intenso.
Winda