Con la inocencia de un niño te confieso;
Me inspiras para colmarte de ternuras.
Esquivo otras caricias no sean tuyas;
Me seduce escuchar cuando me murmullas.
Como un palido niño no herido confio,
Seguro puedo enfrentar malos peligros.
En tus ojos de encanto sere perfecto,
Tu me encaminas como aquel viejo trecho.
Con alma de niño que vive curioso,
Puede el dia torne profunda oscuridad.
En tu claridad siento vida y abrigo,
el calor contra el frio de la soledad.