En atrevido arranque descubro
el contexto ávido y contemplativo
de tu esencia…
Descuelgo de los márgenes
el trayecto efusivo
y me concedo la entrada al laberinto,
que explora los contrastes adheridos
a tu vehemencia…
Hay un matiz de fuego flameando
en el centro de tu lengua,
avistando mi sonrisa desde el silencio…
Atisbas mi secreto movimiento,
confiscando asertivo el suspiro de mi alma
y precisando la intocable huella de mi espíritu
hacia ti encaminada…