ROGER LUNA

RUBOR

Teníamos once años

en el quinto de primaria

de aquel  colegio de barrio

que recuerdo con nostalgia

 

Tenías una cinta blanca

que entrelazaba tu pelo

una carita de cielo

con hoyuelos de buñuelo

 

La falda de tu uniforme

y tu sonrisa coqueta

cautivavan mis sentidos

como no tienes idea

 

Cada vez que te dignabas

a mirarme con dulzura

el corazón se agitaba

mi piel se ruborizaba

 

Un día llegue temprano

a nuestro salón de clases

y puse en tu carpeta

un manojo de claveles

 

Al hallarla sorprendida

las tomaste con cariño

y deslizaste un suspiro

hasta turbar mis sentidos

 

Y a la hora de salida

me dijiste con soltura

me gustaron tus claveles

pero prefiero las rosas

 

A la mañana siguiente

del  jardín de una vecina

hurté unas rosas rojas

para verte complacida

 

 

Y durante una semana

hice la de galante

hasta que una mañana

me pillaron infraganti

 

El molesto jardinero

Me dijo ladronzuelo

llevándome de las orejas

al comisario de turno

 

Con que tú eres el galán

aquel que roba las flores

que cuida con tanto afán

el  jardinero Terrones?

 

De esta tú no te libras

hasta que no me confieses

que hacías tú con las flores

de la señora Dolores?

 

 

Con más vergüenza que pena

y armándome de valor

admití la fechoría

por la que debo pagar

 

Después de cumplir castigo

regresé triste al salón

y lo primero que ví

me llenó de desazón

 

tenías entre tus manos

un ramillete de flores

y mirabas con dulzura

al compañero de al lado

 

Esta fue la vez primera

que me sentí lastimado

y  con una lagrima viva

 tuve que llorar callado

 

Paso el tiempo y regrese

al jardín del que robé

las rosas y los claveles

con los que te enamoré

 

Fue mi primera ilusión

también mi primer dolor

la más dulce sensación

del despertar del amor.