El retrato de Carolina Jiménez
tan maldito como bendito
en ese pigmento de sanguina erudito
como sangre sobre la nieve.
Ese dibujo que me acobarda
porque son líneas sin cintura
que son némesis de la pintura
entra la nítida y la parda.
Y no logro terminar el retrato
pérfido boceto, la Carolina
sangre seca de gasolina
ni es boceto ni garabato.
Intento con grafitos puros
y la mirada es una foto cruda
sombras que en la mina dura
en vez de poros salen nudos.
Vaya retrato, tu cabello simplón
Esa sonrisa de carril sin cuneta
que te dibuje Dios en una veleta
a ver si te trazo la ubicación.
Perfil tres cuartos, nada que hacer
al óleo no quiero deberle el desgaste;
busca un pintor que algo te aguante
y si quieres retratarte
vuelve a nacer.
Blas Roa