Pasas recopilando flores
de todos los colores de todos los olores
coleccionando piropos
a la par que improperios y nostalgias
y archivando sueños
en las carpetas de mis soledades
Atendiendo a incautos soñadores
que creen en tu imagen
y digieren tu melancolía
y mastican tu rabia.
Pero… quizás no sean más que estafadores
que le robaron la sonrisa a mi imagen;
que sembraron mi melancolía;
que me envenenaron de rabia...
Y te compran el rol de Penélope...
Y me dejaron esperando en el silencio de un muelle
Sin avizorar la barca que me devuelva la esperanza
La negra de ébano sentada sobre el muelle de San Blas
o justo haciendo equilibrio
sobre el hilo septentrional del ecuador.
Negra que embruja,
negra que encanta
negra que envuelve al soñador en sueños
al trovador en versos
al iluso en metáforas
y a mí, a mí, en tu mirada de asesina infalible
de franco tiradora tenaz
de cazadora inclaudicable
y sobre todo
bajo el movimiento gitano de tus manos
que sacan esculturas de las sombras.
La negra de sueños perdidos en la línea horizontal
de un ecuador entre el cielo y el mar,
La negra de sábados inexplicablemente tristes
y de domingos de búsqueda y de hastío.
La negra que salió de cacería
y se encontró con una selva minada de hienas hambrientas.
La negra que se enredó en las sábanas de sus sueños
y no pudo salir a encontrarse con su amanecer.
La que se perdió buscando la metáfora precisa
que compagine con su soledad.
La negra que te busca en los sonidos de la noche
y se encuentra con tu luz atrapada entre las sombras.
Y te ve alejarse entre los fantasmas
de la pantalla fría de la vida;
y que extiende los brazos para alcanzarte
pero el cansancio y el sueño la vence y no puede…
Lo reconoces.
Ahora que ya desgranaste mi alma
te duermes para lubricar tu purgatorio
Me gusta saborear la noche
Hilvanando palabras para hacer un atuendo de versos
pero el sueño me vence y no puedo.
Me voy…pero
me llevo tus versos para hacer con ellos
estrellas que adornen mi firmamento.
Me voy, pero se queda mi alma sobe el teclado
y me llevo la última palabra dicha para sembrar poesía
en el difuso mundo de mis sueños
y al amanecer un verso engendrado en el silencio de la noche
me llame a la vida.
SILVIAKARL