No me veas pasar bajo la lluvia
calada hasta los huesos
que soy un hombre del verano
y no es justo mirarme en una sombra
Acepta que pueda girar mi peso
de animal menos roto y vacilante
con la piel tranquila sin nostalgia
en la hora más larga de la espera
aquella tan semejante al sueño
Admíteme marcando alguna puerta
toda luz que alerte de regreso mi ojo lento
que teja brillo inmenso frente a frente
Esto que ahoga te hace necesaria
ante mi norma de vivir movedizo
con su gran ponzoña atento para lastimar
Si pierdo soporte no será una eternidad
de ser preciso
prometo silenciarme con todo mi silencio
como es lo sereno y el resplandor
aunque parezca imposible
ser el hombre que añoras dulcemente.