Hugo Emilio Ocanto

La amistad debe demostrarse... (Poema) Cruzada por la vida - Grabado

La amistad debe demostrarse

en todo momento de la vida.

En las buenas y en las malas.

Gracias a Cruzada por la vida,

me ha llevado a inspirarme

a través de una realidad,

a relatar un suceso acontecido

hace una semana.

Unos amigos y yo,

tenemos desde hace un par de años

a una amiga viviendo

en un asilo de ancianos.

Personalmente, hacía más de un año

que no la iba a  visitar.

Mis amigos y amigas,

mucho más tiempo.

Algunos de ellos nunca habían ido

Se me ocurrió la idea de

darle una sorpresa

a esta mujer, la cual

tiene familiares cercanos,

incluso un par de hijos...

que la visitan muy

de vez en cuando.

Ellos siempre han justificado

que ninguno de los dos

podían tenerla con ellos.

Es ese desligue que

muchos hijos hacen de

quien les dio la vida. 

Es triste, pero así es.

Muchas veces me he puesto

a pensar qué hubiese

hecho yo con mis padres,

cuando vivían y hubiesen estado

en la misma situación

de vejez y soledad.

Nunca los hubiese ni he

instalado en un geriátrico

o asilo de ancianos.

Nos pusimos de acuerdo

entre cuatro de sus amigos,

y fuimos a visitarla.

Está consciente, está sana.

Pero está olvidada

y abandonada por

sus propios hijos,

habiendo sido una excelente

y ejemplar madre, toda su vida.¿Dónde están en muchos casos

los sentimientos de los hijos

que instalan a sus padres

en un lugar para que los atiendan

y cuiden, pudiendo hacerlo

alguno de sus hijos, teniéndolos?

¡Cuántos ancianos

en la misma situación, innumerables...!

Perla, al recibir nuestra visita,

se alegró tanto... y se

puso a llorar de emoción...

Mis tres amigos, dos mujeres

y un hombre... también se alegraron 

de verla, estando algo inhibidos

por no haber ido antes a visitarla.

Pero nunca es tarde, cuando

uno se reivindica

con una visita.

Las ausencias pasadas,

quedan en el olvido.

La vida a veces,

nos pone coincidencias sorprendentes.

Antes de retirarnos,

un nieto de nuestra amiga,

hijo de su hija, ya adolescente,

apareció solito a visitarla,

y al pensar en lo que sintió

nuestra amiga, se me eriza la piel.

Tanto lloró de alegría esta mujer,

que nosotros, sus amigos visitantes, 

por su llanto,

también nos hizo derramar

lágrimas de emoción.

El nieto dijo que su madre

en unos días iría a visitarla,

igual que su tío con su familia;

su padre no podrá hacerlo,

porque ha realizado un

viaje de negocios,

está en el exterior.

Hay que cuidar a nuestros

ancianos padres, en vida.

Estando en un asilo,

se les hace más

feliz su existencia.

Después de muertos,

vienen  los cargos de conciencia.

Vida ya no tienen.

Las alegrías hay que darlas en vida.

 

 

 

 

Todos los derechos reservados de su autor( Hugo Emilio Ocanto - 01/09/2014)