Cuando me pongo a pensar
En el día cotidiano,
En el vivir como hermano
De mi diario caminar;
Me digo cómo olvidar
Todo cuanto me ha pasado,
De quienes me han engañado
Para sus fines lograr;
Digo: -¿qué puede importar
El que me hayan hecho daño?
Si en mí no quedó el engaño,
Nada me puede afectar;
Ellos saben el porqué
Procuraron aquel llanto,
Yo superé mi quebranto;
Hoy ya de ellos, me olvidé;
Mas si el mal lo superé,
Debemos siempre pensar:
Que si nos quieren dañar,
El mal se queda en aquél…