Navidad que inexorablemente llega
en momentos de profunda agonía,
para los que no tenemos ninguna alegría;
navidad sin amor y sin esperanza
recordando lo que se perdió un día.
Para qué la navidad,
si ya no hay nada qué celebrar,
ni mucho menos con quién brindar;
para qué, si se acabó la felicidad
entre tantas ganas de llorar.
Mientras muchos festejan la navidad
en compañía de todos los suyos,
otros vamos muriendo en el olvido;
abrumados de esta nostalgia fúnebre
por la dicha que para siempre se ha ido.
Para qué la navidad,
si ya no queda nada por disfrutar
en esta noche de infinita soledad;
para qué, si no hay un motivo especial
por el cual divertirse en realidad.
Navidad que no es ni sombra
de aquella tradición perdida,
cuando el gozo colmaba nuestra vida;
navidad sin calor y sin energía,
como si fuera una luctuosa despedida.
Para qué la navidad,
si todo es una farsa, una mentira
en este presente lleno de desdicha;
para qué, si no hay amigos ni amores
que nos regalen su dulce compañía.
José Alberto Laiton C.
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