Pensaba en jugar con él a su antojo
Ambicionando lo que no era suyo
«Todo lo que no obtengo, lo destruyo»
Era lo que decía con enojo
Teñida quedó su alma de fuel rojo
Intentó despojarse del orgullo
Cansado de vivir en tan barullo
Ahuyentó la sombra el seco morojo
Espera, que aquí te traigo una silla
Ríe lo que quieras ante el espejo
Es allí donde verás la chiquilla
Simulando ser un frío azulejo.
Te empeñaste en ser guasa y pesadilla
Un poco tarde fue, sigue el consejo.
Irene Bulio © 2014