Lúgubre la densa y oscura noche,
espeluznante el aullido del lobo
que lucha en el interior del hombre,
queriendo ser quien no ha sido.
Fatigado ante la inclemencia del sol,
peleando día a día en el calor,
para poder ser quien dice ser,
pero en el fondo se esconde el coyote.
Acróstico de perlas de sudor,
que a una describen la ardua labor,
expresan la inmensa fatiga,
de aquellos que quieren ser lo que no son.
Luchan por estar en medio de los grandes…
… de los que ellos creen grandes;
Ignorando que la grandeza más que un reflejo,
es un don que habita en el alma inmortal.
Triste es pensar que la grandeza se confunde,
a como se confunde el valor de un ser humano,
tratando a cada cual como se mira,
pero la grandeza no distingue clase social.
Hoy escribo por los aduladores,
los falsos, mentirosos e hipócritas,
que como el lobo o el coyote,
aullando esperan la oportunidad.
Para destruir con sus rapaces instintos,
El caminar de los que andan en justicia,
Para conquistar en su lesiva terquedad,
posiciones …, … posiciones nada más!