Todos somos esclavos de las apariencias,
y concluimos con pocos argumentos,
siendo la medida, los momentos,
saturados de tantas experiencias.
Miramos nomás lo que hay encima
del \"mar\" que existe en que cada uno;
la esclavitud en que estamos nos anima,
a \"confundir\" Marte con Neptuno.
Ningún mirar es tan profundo,
que nos dé un cuadro tan certero;
ningún mirar es tan rotundo,
por más que miremos con esmero.
Autor:Bernardo Arzate
Sep/01/2014