Y en una clara noche,
noche clara de verano,
el aire sueña cálido
y sólo se respira amor.
A la vera de un río,
entre el murmullo del agua,
estan los enamorados
mirando al amor.
En el cortijo de la noche,
entre las faldas de la luna,
el chico acercó su pecho
para que oyera su corazón.
Y cogiendola de la mano,
a los ojos la miró,
antes de besar sus labios,
al oído la susurró:
Cuando la luz
se apague,
y sólo sientas,
vacío y oscuridad.
Cuando la pena
atraviese tu pecho,
y solo tengas,
ganas de llorar.
Yo estaré allí,
brillando en el cielo,
porque mi luz,
jamás se apagará.