Qué ironía cuando existe en la vida mucho desamor,
pues ante mis ojos contemplo un poema de dolor, una mujer y madre a la vez, pidiendo en el bus limosna
y, a cuesta tres niños que criar y alimentar,
dos pequeños y un recién nacido que quiere lactar,
inocente aferrándose de hambre al pecho de su madre,
por Dios, qué momento tan conmovedor y a la vez desgarrador,
un poema de la vida misma escribiéndose con mucho dolor,
tamaña impotencia sentía en mi alma por aquella mujer
la gente y yo, tan solo unas monedas sobrantes le pudimos dar
y yo a punto de estallar y mi corazón compungido va a llorar
¿qué hacer, hay que ayudar, dónde ir a protestar?
Todos somos parte de la solución para esto poder erradicar,
dónde están los gobiernos, que de esto se deben encargar:
quizá dejando de comprar armas para seguir disparando un
cañón,
o tal vez suspendiendo los gastos en viajes de representación
recortando los sueldos de cada funcionario corrupto e inepto,
utilizando los impuestos del pueblo, en bienestar del más necesitado
muchas cosas se podrían hacer si los gobiernos se ponen en sus cuatro
pero en este siglo existen aún madres, mujeres, niños y hasta ancianos que dependen de la caridad humana para poder apenas comer
y, a veces sin lograr poder saciar en ellos el hambre...
y, esa mujer como muchas inventando qué hacer cada día
para poder sobrevivir en esta sociedad de mierda...
no existe para ella la navidad, ni el año nuevo, solo incertidumbre,
niños condenados a la incapacidad e inconsciencia de malos funcionarios,
que trabajan solo para ostentar cobrar cada mes sus gruesos salarios
y en las calles una mujer y sus niños muriéndose de hambre,
y yo escribiendo con el alma acongojada un poema de dolor...