¡No soy tu pasatiempo!
te repito enojada...
Y tu impávido rostro,
me devuelve la nada.
Inexpresivos ojos
sin llanto y sin mañanas,
traduce en cruel silencio
el gris de tu mirada.
Ya no te esperará
la mesa preparada,
con los mil y un detalles
que tanto te gustaban.
Ni el café de las seis…
ni el dulce y las tostadas,
ni la sonrisa tierna
que mi amor dibujaba.
Y me quedé sin soles,
sin lunas, sin almohada,
sin sábanas azules
y sin mis rosas blancas.
He perdido este amor…
pero no estoy vencida,
pues yo podré alcanzar
otro tren de la vida…
Más tú con tu egoísmo
te darás cuenta un día,
que el amor verdadero…
¡no se compra ni olvida!
Alicia Santi
02-09-14