Me besas y al cielo me elevo.
Cierro los ojos, y aunque estés lejos,
producen desvelos, arrebatan mis sentidos
y pruducen desvaríos.
Tus besos, a gloria me saben
y cualquier tristeza con ellos se borra.
Tus labios tan dulces, tan suaves y tiernos
me queman, me embrujan y me hacen creer:
Que soy una diosa,
que soy una ninfa,
que soy una ondina,
que sólo en tu fuente puede habitar.
ósculo bendito que me trastorna, las fuerzas me quita
y me hacen perder la razón.
Tus besos ejercen un raro poder,
igual que la luna a la tierra,
igual que al mar los ríos se van.