Al morir los segundos
completan los minutos
y estos últimos convertidos en horas
dan paso a muchas historias.
Sentimientos y mezcla de pensamientos.
Mente peleando con el corazón
mas a la cabeza yo le doy la razón
pues el primero más que el segundo
ha sabido evitar el dolor.
Corazón traicionero
ya lo desconozco
y echo a un lado intensiones egoístas
que me han llevado, a través del tiempo
a decisiones que me han entristecido mi vida.
Ansiosa espero el día
que el corazón ya no recuerde los dolores
y el resentimiento ya no busque
un lugar de abrigo en sus rincones.
No, no es odio,
no, tampoco es amor
simplemente es la dulce desazón
de sentir muerto
aquello que un día vivió.