No vengas con tu profunda soledad de muerte,
ni con tu macabra carcajada,
ni con tus deshechos sin cuerpo y sin alma...
a golpear mi puerta, tampoco la ventana.
Que la primavera es una cosa
que me está explotando en las entrañas,
presagiando un sin fin de besos
y caricias que se desparraman
en esta piel aún joven que espera
centímetro a centímetro ser amada.
No vengas con tus manos ávidas
de estrangular con tus gritos mi garganta,
que mi voz está plena de susurros
y melodías que nacen con el alba.
No vengas arrastrando las cadenas
de pretéritos plenos de desaciertos,
para apresar mis pies de peregrino...
que he decidido vagar por otros mundos
y buscar otras estrellas que guíen mi camino.
No vengas con tus fauces entreabiertas
a morder la pasión que hay en mi boca,
depredador de ilusiones,
mutilador de sueños,
¡aún late un corazón aquí en mi pecho!
y corren ríos de sangre por mis venas,
más allá de presagios y conjuros...
sigo viva a pesar de tu partida,
en mis ojos aún brilla la esperanza
y en el alma han nacido flores nuevas..
por eso olvídate de mi y... ¡no vengas!