Llegué aquí persiguiendo la huella gruesa
que dejara verso a verso en su paso,
la perseguí como el sol al ocaso
hasta encontrar el poema de Buesa.
La encontré allí entre el fuego y la ceniza
que ardía intenso entre los poemarios
de tantos buenos poetas que a diario
escriben versos junto a poetisas
dejando al sol almas y corazones
hilvanados entre risas y llanto
tan embelesado me vi con tanto
que volqué allí mis celadas pasiones
y fui mostrando un poco con temor
lo que escribo en secreto desde chico
temor de mi poema pobre y rico
en verdades mías llenas de amor.
Allí estaba la casa de escritores
donde se comparten el buen sentir,
pensamientos, su amor al escribir
entre sus versos los versos mejores.
Les aplaudo fuerte desde mis palmas
y me inclino haciendo una reverencia
ante la belleza en efervescencia
encontrada en los Poemas del Alma.
Gracias por estar y seguir estando
hermandad de juglar y trovadores
son para ustedes todos los honores
y estos verso que aquí les voy dejando.
Derechos reservados por Plinio López