Me deslizo por tu espalda,
enredada en el espiral radiante
de tu silencio…
Giras hacia mis dedos
y un relámpago etéreo se hace tu respiro;
puedo beberme el dominio
de tu calma, llena de sueños…
Dejo caer mis palabras
y te envuelves con mi aliento
-barniz secreto-
que sumerge en tu piel callada…
Danza mi sonrisa,
absorta de contemplarte…
Haces que decida entregarme
a la Luz que siempre convoca
la intensidad de rendirse
al otro lado del alma…