Viene agrandando la angustia
que le lacera la frente,
deshecho en su pesadumbre
con el corazón inerte,
colmando el cielo de ruegos,
ansioso por la llegada,
soportando en el pesar
la dolencia de la casa.
Viene buscando en el tiempo
disolver sus mil temores,
temiendo por la niñez
que hoy en su patio no corre.
Hay en su pecho, gemidos
que la luna le descubre
y en sus ojos de metal
la duda que le sacude.