Hace ya tiempo
te encuentro en mi camino
entre la multitud, te veo
caminar sin prisa
te pienso hermosa, casi niña
delicada en cabellos claros.
Ayer, vi darte vuelta
atenta al tráfico
ojos oscuros, boca...
apenas abierta en una sonrisa.
Hoy, llevas carpetas
en pequeñas manos
los cabellos, desordenados al viento
huelen a manzanas del paraíso.
Será pecado, desearte
poder dormir en tus brazos
para que me acunen en murmullos.
Testigo sin tiempo
te miro en cada paso
pensando en nuestras diferentes edades
y te veo casi niña.
Me detengo
y te alejas
en ese mar de gentes
dándome cuenta, que aún soy un niño.