Me desangro en grafito
sobre un tapiz de lineas
en tajos de frases
que emanan desidia.
Esos cortes hechos
con emociones encontradas
me carcomen por dentro
como si fueran un alma.
A esto se anuda
un dolor de pecho
que cuando puede ataca
dejándome deshecho.
Y no importa cuanto lo piense
mucho menos cuanto esmero
siempre estará de nuevo
para recordarme el mal que he hecho.