Por que deambularon en sus corazones
Por más de 40 años ?
Yendo de un deseo tras otro,
En la vida y sin rumbo fijo,
Placeres y vanidades anhelaban
como espejismos del desierto.
Pero su realidad fue otra,
Aunque anduvieron en el desierto,
Tuvieron un Dios que los protegió,
De alimañas, fieras y enemigos,
Con nube de día y fuego de noche,
Los cubrió del sol y del frio,
Les protegió su vestido y su calzado,
Y los alimentó con comida de ángeles,
Y como si todo ello no bastare,
Les dio el más grande líder,
Con formación de rey y corazón justo,
Quien fue su instrumento de guía y liberación.
Todo ello era para caminar con Dios en el desierto,
Para fijar las tablas de la ley en sus corazones,
Andando con fe y sumisión,
Y poder así pasar un desierto de 40 días a pie.
Pero lo rechazaron, al igual que a su líder,
Y sólo murmuraron, quejaron y maldicieron,
Por eso el desierto se les volvió tortuoso,
Y terminaron deambulando 40 años en el,
Hasta que murieron en sus cavilaciones.
Toda una generación perdida,
Si tan sólo se hubieran sometido en el desierto,
Dios los hubiera pasado por el Jordán,
Con rumbo a la tierra prometida,
A fin de poseerla por la lucha de Dios,
Tal y como lo hicieron sus hijos,
Quienes aprendieron a no ser como sus padres.
Este éxodo hebreo me hizo reflexionar esto:
Que más se necesita para entender el destino propio?
Cuantos años más hacen falta
para satisfacer los deseos del corazón?
La respuesta ya se sabe,
Sólo que no se quiere aceptar.
Ojalá no sea demasiado tarde,
Para corregir rumbo y encaminarse a la plenitud,
En humildad, sumisión y amor
A aquel que padeció hasta lo sumo
Para darnos vida abundante y eterna
A EL sea la alabanza, la gloria y el honor
Por siempre y para siempre.
Alfredo Moreno Dávila