Isaac Amenemope

SIN HOGAR  

De repente el flujo torrencial cargado de intermitentes hechos

Pareciera desbocarse hacia el mar donde las realizaciones nacen,

Llenando de estallidos neurales la esfera consciente

En el que flotan a punto convicciones,

Burbujas vegetales,

Pacíficos remolinos de oxigeno,

Primorosos cursos de agua que nos hablan de la compenetración.

Cambia los bolsillos de la sabiduría

Por una colecta de moras y un baño de azules.

Cede el bienhabido discurso del pensamiento

a la vorágine cristalina que se encanta

en las inmediaciones de la hierba.

 

Por donde comenzar,

La lluvia canta al son de las alturas

Un inquebrantable ritmo de purificaciones.

Así es, que se moje y se limpie el laberinto

Repleto de búsquedas perdidas y revisadas vueltas,

Que el cielo cuente con su oportunidad de comunicar

Que merece ser admirado de nuevo,

Que las piedras comprendan la veracidad de cada instante

Que deberá contemplarse desde el detenimiento.