En tu suave piel mate, hay arena y sol,
brisa y primavera de tu candidez,
picara mirada que evidencie amor
siempre hay incógnitas para responder,
no importaría si es que truenan los cielos,
seria intrascendente que se oculte el sol
cuando tu siempre silenciado mis súplicas
colmando mis ansias, llenando mi cuerpo
con inusitados retozos de amor.
Cómo puedo permitir que tu te vayas
cuando apenas empiezan las emociones,
disfrutemos los danzantes corazones,
vamos compensemos hoy nuestros anhelos
con el ritmo alegre que entona la vida
que incita a vivirla con toda la fuerza
en cuerpo y en alma, en la plena conciencia.
Ramón Oviedo
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